No todas estas edificaciones existen por incordiar a los vecinos: en 2013 la ONG Planting Peace compró una casa en la acera de enfrente de la Iglesia Bautista de Westboro, considerada como un grupo de odio a la comunidad gay, y la pintó con la bandera arcoiris. Actualmente se utiliza como centro de recursos e iniciativas contra el maltrato.
Según la sabiduría tradicional del pueblo de Adamsville, en Rhode Island, esta torre construida alrededor de 1905 se edificó para romper el campo visual de un vecino. Hoy en día sigue en pie.
Charles Froling erigió esta casa en la primera década de 1900 en Alameda (California). Su intención era irritar al ayuntamiento tras haberle quitado una buena parte de terreno para hacer una carretera, y de paso, al vecino de al lado, que estuvo de acuerdo con la obra.
Esta casa de 7 pies de ancho (unos 2 metros) está en Alexandria, Virginia. Se construyó en 1830 para que el residente de al lado no utilizara el callejón para dejar su coche de caballos, y para mantener alejados a los merodeadores. Para los laterales se aprovecharon los ladrillos de las viviendas adyacentes.
En Boston existe un bloque conocido como "The Skinny House" o casa delgada, ya que sólo mide unos 3 metros. No se conocen sus orígenes, pero una teoría cuenta que la edificó un hombre cuando volvió del servicio militar y se encontró con que su hermano había construido una gran casa en un terreno que ambos habían heredado. El estrecho inmueble servía para bloquear la luz solar y las vistas de la casa de su hermano.
En el siglo XIX, el ayuntamiento de Freeport, en Nueva York, contrató a un grupo de arquitectos al que encargó diseñar una cuadrícula para organizar la ciudad. Un constructor no estaba de acuerdo, y edificó una casa victoriana en una parcela triangular.
Cuenta la leyenda que un hombre llamado Newton Rummonds adquirió un pequeño terreno en Long Beach, California, para cobrar una deuda de 100 dólares. Los vecinos opinaban que ninguna edificación sería funcional, y se apostaron que no construiría nada por ser el espacio demasiado angosto. Pero Rummonds demostró que se equivocaban haciéndose una casita de 3 metros de ancho.
En 1806 se levantó en Phippsburg, Maine, la Casa McCobb. Todo ocurrió porque el dicho McCobb pensaba que su madre le iba a desheredar, y erigió una casa para ensombrecer la de su madre. Más tarde, la vivienda fue recolocada en Rockport y aun sigue en pie.
Una de las spite houses más antiguas que se conocen es la que todavía hoy existe en Marblehead, Massachusetts. Nadie sabe su origen exacto, pero se cree que dos hermanos que se odiaban entre ellos ocuparon lados opuestos de la casa en 1716.
En Frederick, Maryland, un doctor que poseía una parcela descubrió los planes de la ciudad para cortar una calle justo por su tierra. Por eso, en 1814 construyó la casa y se salió con la suya: paró los trabajos. Actualmente la casa se utiliza como alojamiento de viajeros.
The Montlake Spite House se construyó en Seattle, Washington, en 1925. Supuestamente existe porque un vecino ofreció al propietario del terreno una pequeña suma de dinero para adquirir la parcela, y su dueño prefirió construir en ella antes que vendérsela. La casa mide 262 metros cuadrados, y recientemente la han vendido por 397,500 dólares.
En el Upper East Side de Nueva York existió hasta 1915 la Richardson Spite House. Se construyó en 1882 y dentro había 8 apartamentos. La parcela sólo tenía 1,5 metros de ancho, pero el propietario prefirió edificar antes que vendérselos a uno de sus vecinos de al lado.
Recientemente en Virginia City, Nevada, se ha vendido esta casa construida cuando un hombre compró el solar adyacente al de un vecino que había edificado una casa que no le gustaba. El espacio entre ellas es de sólo 30 centímetros, pero eso no ha impedido que paguen 245.000 dólares.
La enemistad de Francis O'Reilly con su vecino le llevó a levantar esta vivienda en West Cambridge, en Massachusetts, en 1908. El edificio, que aun hoy en día sigue en pie, tiene 93 metros cuadrados, pero de ancho sólo mide 2,4 metros.
No sólo en Estados Unidos tienen la mala leche de construir este tipo de casas. Cada vez más, cuando intentan expropiar terrenos en China para hacer obras los propietarios rechazan abandonar sus viviendas (conocidas como "casas clavadas") y permanecen en medio de la zona a reformar. En 2007, una familia de Chongqing se negó a irse cuando querían hacer un centro comercial. A veces los propietarios llegan a un acuerdo con los constructores.
