Un realizador de cine tomó fotos de los integrantes de una familia y los editó como si fueran una sola persona. El resultado es verdaderamente impresionante: en poco más de 4 minutos, proporciona la ilusión de estar frente a un imperceptible proceso de envejecimiento, de niñez a ancianidad, con un realismo tremendo. El truco es verlo completo, ya que adelantarlo pierde el sentido