Ota Anders, de Louisiana, EE. UU., Desarrolló un hábito muy bueno:
depositó monedas todos los días durante 45 años. Al principio, tiró dinero a la alcancía, pero con el tiempo hubo tantos que tuve que usar botellas de agua.
Los años pasaron, y hubo más y más monedas. Ota admite que no se tentó en subir a tomar ni un centavo perdido por alguien en la calle. Creía que era pequeño, pero aún así era una especie de regalo del destino.
Probablemente, el hombre continuaría recolectando pequeñas cosas,
si no hubiera tenido ningún problema de salud que no estuviera cubierto por el seguro. Cuando llevó las monedas al banco, tardó hasta 4 horas en contarlas.
Como resultado, Ota escuchó algunas noticias sorprendentes de un empleado del banco:
¡recolectó hasta 5,136 dólares y 14 centavos!
No es de extrañar que digan que el centavo salva al rublo. Este hombre sin ningún esfuerzo recolectó una cantidad considerable, que ahora será para él una verdadera salvación.