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 | Friki | | Se registró el: marzo-2011 | |
Confunden un Ananá con una obra de arte 
El arte moderno es, para muchos, un mundo incomprensible en el que todo vale. Y no les falta razón: si Marina Abramović puede ganar mucho dinero sentándose en una sala de un museo y mirando al infinito ¿qué nos queda por ver? 
El último escándalo en el universo postmoderno se ha producido en una universidad de Escocia. Allí, los alumnos del centro Robert Gordon han colocado una piña comprada en un supermercado de barrio en medio de una exposición del centro. Y para sorpresa de muchos, nadie notó que se trataba de una broma: los asistentes se paraban ante ella y la contemplaban con atención, como si fuera un Picasso o un Matisse.   
En una entrevista concedida a The Independent, el estudiante Ruairi Gray, autor de la acción, asegura que “Vi un stand libre y decidí ver cuánto tiempo permanecería allí o si la gente creería que era arte. Es lo más gracioso que me ha pasado en todo el año. Mi supervisor lo vio y preguntó a un profesor de arte si era real porque no podía creerlo”.
No es la primera vez que en el mundo del arte ocurren situaciones insólitas. En 2016, una señora de la limpieza tiró a la basura un conjunto de mantas térmicas que conformaban una instalación titulada ‘Vivienda 6/2016’, con la que la artista Romana Menze-Kuhn trataba de llamar la atención sobre el drama de los refugiados. 
El año pasado también fue noticia la historia de un joven de 17 años dejó unas gafas en el suelo del Museo de Arte Moderno de San Francisco. Los visitantes se tomaron el objeto como arte y no pararon de hacerle fotos.  
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